La arquitectura y el Ártico en diálogo
A veces pensamos que en el Ártico sólo hay nieve y mucho frío, qué si!… pero en realidad esconde muchos más secretos que pocos – por desgracias – podrán descubrir.
Desde una pequeña isla llamada Manshausen situada en la Noruega más profunda, encontramos una joya espiritual del descanso. Un pequeño pueblo que entra en diálogo entre arquitectura y el Ártico más bello gracias a un hotel que refleja la pureza de la zona.
Un pequeño hotel que es propiedad de Borge Ousland, uno de esos fotógrafos que viven el mundo al 100%, muchas publicaciones e imágenes de naturaleza han estado visibles en la afamada revista de National Geographic, entre otras, y mil experiencias a contar le llevo a construir en su pueblo natal su ilusión.
Un lugar donde apreciar la naturaleza más contundente, de sentirla y abrazarla en su máxima expresión gracias a la mano del arquitecto Snorre Stinessen que supo captar la esencia del lugar al detalle con una arquitectura «amable» y llena de líneas puras. (Ver también casas minimalistas)
Un pequeño hotel que está formado por 13 cabinas, un sauna y una sala de reuniones con todas las comodidades y modernidades actuales pero casi en el fin del mundo y con unos paisajes que ponen los pelos de punta, y eso sin contemplar la aurora boreal.
Las fotografías y el vídeo son de Steve King, fotógrafo especializado en arquitectura que supo captar con su perspectiva aérea el diálogo entre la arquitectura y la naturaleza con la distancia necesaria para entender y reflexionar sobre la conexión emocional entre ambos. Ofreciendo unas imágenes del medio ambiente y su entono capaces de emocionarnos.
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