Método cradle to cradle
Podemos observar que la población mundial crece cada vez más (Naciones Unidas señala que el 70% de los seres humanos habitarán en centros urbanos en 2050) hay países con economías que emergen y sus habitantes van descubriendo las nuevas necesidades que les crea el mundo consumista, y con esas, estamos creando un mundo dónde las ciudades se comen los campos agrícolas fértiles, crean cantidades ingentes de residuos, de contaminación, de polución, etc.
Ya hace mucho tiempo que se está hablando de métodos para destruir un poco menos nuestro entorno. La gente nos pensamos que por el hecho de contaminar menos, por ejemplo, ahorrándonos de coger el coche un día, ya estamos haciendo bien, cuando en realidad lo que estamos es haciendo menos mal.
El objetivo del proceso cradle to cradle es adoptar un modelo existente en la naturaleza para no producir residuos
El método cradle to cradle va más lejos de los métodos de reducción actuales y propone, no sólo destruir un poco menos, sino adoptar el modelo existente en la naturaleza en que no se produce un solo residuo sino que las plantas y animales cuando terminan su ciclo de vida sirven de alimento a la tierra y forman un ciclo.
En la naturaleza no existen las 3 R’s (reciclar, reutilizar, reducir), y por eso el cradle to cradle propone superar esta máxima y empezar a utilizar materiales y procesos similares a los de la naturaleza en que la basura sirva de alimento (para los campos claro) y de interés, ver el artículo de qué es la economía azul y cómo funciona la economía circular que van en la misma línea.
Método cradle to cradle pretende pasar del concepto actual de la cuna a la tumba al concepto de la cuna a la cuna, y que el ciclo de vida se vuelva a empezar constantemente. El upcycling , como ellos lo llaman, es algo que puede ser reutilizado constantemente.
Esta teoría que fue presentada en el libro “Cradle to cradle: rehacer la forma en que hacemos las cosas” del químico alemán Michael Braungart y el arquitecto estadounidense William McDonough en el año 2002, dice que ningún bien de consumo debería crearse si al final de su vida útil se convierte en basura inservible y contaminante.
Lo importante en esta teoría es la reutilización y a pesar de que no rechaza las 3 R’s, considera que estas sólo tratan de minimizar el daño. En el proceso Cradle to Cradle, por tanto, lo que cobra más importancia es el diseño, y para el diseño se necesita industria.
Estos autores no rechazan nuestra prosperidad consumista ya que creen que este es el camino para cambiar nuestro ecosistema y la producción industrial para el siglo XXI. Es por ejemplo la mejor manera de desarrollar nuevos productos biodegradables o reutilizables.
Principios esenciales del Cradle to cradle:
- Uso de materiales saludables: valorar el ciclo continuo de los materiales.
- Reutilización material: mantener los flujos naturales de los nutrientes de los materiales.
- Uso de las energías renovables: utilizar en todos los procesos energías renovables al 100%
- Administración del agua: el agua es un recurso preciado que debe ser cuidada y/o mejorada.
- Legitimidad social: celebrar la gente y los sistemas naturales.
¿Qué significa, por tanto, construir con el método Cradle to cradle?
La idea del Cradle to cradle es concebir los edificios desde un diseño ecológicamente más efectivo para que no necesiten malgastar energía a fin de alcanzar unos resultados y confort óptimos.
¿Qué sentido tendría el no construir una vivienda diseñada para aprovechar los beneficios de la orientación, la luz natural, las corrientes de aire y métodos básicos de construcción que no suponen un desecho?… Si esto ya se hacía en la época de los romanos.
Las construcciones deben imitar a los árboles, seres vivos que son un microentorno en sí mismos ya que dan cobijo, refrigeración, regeneración, produciendo más energía de la que consumen y depurando las aguas residuales que producen.
Así pues, los edificios que siguen el método Cradle to cradle son edificios que imitan la naturaleza utilizando fachadas y cubiertas enjardinadas, que generan más energía de la que consumen, que se integran en la naturaleza en vez de entrar en conflicto con ella y en que el agua se renueva.
Una vez finalizada la vida útil, los materiales deben ser biodegradables y ser devueltos descompuestos al suelo dándole nutrientes, o bien deben ser reutilizados en otras obras o construcciones volviendo a empezar el ciclo. Los materiales no deben ser utilizados si se han de convertir en basura inútil.
Tal como dice uno de sus principios, y con el fin de generar más energía de la que se consume, se hará uso de las energías renovables. Se escogerán los materiales teniendo en cuenta todas las fases del desarrollo del producto: extracción, procesamiento, transporte, utilización, reutilización, etc.
Para cumplir con los objetivos de la reutilización de materiales, es preferible que estos se puedan montar y desmontar rápidamente y por separado. Lo que vendría a ser la arquitectura modular más o menos.
Podemos ver algunos ejemplos de estos edificios:
Los objetivos del Cradle to cradle son mantener un mundo diverso, seguro, saludable y justo, con aire, agua, suelo y energía limpios que se disfruten de manera económica, ecológica, ética y elegante – William McDonough en una entrevista con La vanguardia.
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Puntos de interés:
- Iluminación natural en arquitectura.
- La arquitectura con contenedores. Análisis ventajas y desventajas.
- Auditorias energéticas. Pasos a seguir y no perderse.
- Análisis de una rehabilitación eficiente.
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Artículo elaborado por Albert Abadal Niubó (Arquitecto Técnico – Especialista en edificación sostenible y eficiente) en colaboración con OVACEN.
Recomiendo la lectura del libro comentado («Cradle to cradle: rehacer la forma en que hacemos las cosas», de Michael Braungart y William McDonough). Aporta una visión que, no por ser evidente es conocida y compartida. Un clásico de la sostenibilidad.