La arquitectura se reinventa constantemente ante cambios sociales sin perder belleza.
Aunque no nos demos cuenta, cuando existen cambios sociales la arquitectura se adapta, se reinventa, se moldea para poder satisfacer unas nuevas necesidades. No hablamos del arquitecto o el carretillero que forzosamente tiene un futuro oscuro, miramos a la propia arquitectura, a sus formas y nuevas maneras de entender el contenedor y contenido.
La palabra maldita ”Crisis” es tan aguda y veraz que consigue que el concepto de vivienda se renueve por un aspecto menos ostentoso, menos espectacular, menos metros pero más detalle, se prima lo simple y práctico, lo cómodo y económico pero sin dejar de perder esa belleza que proporciona la arquitectura ante los ojos del espectador. Ahora ya conocemos lo que es el valor material, un euro, la atadura sin retorno, y optamos y optaremos por conceptos menos lastres, más libres, bienes pocos, pequeños y de calidad acordes a nuestro bolsillo maltrecho.
Ante un cambio consciente está surgiendo con más fuerza que nunca el concepto modular y las casas prefabricadas que posiblemente sacrifica metros de privacidad sin perder el esplendor y perfección de nuestra vivienda soñada a precios indudablemente viables proporcionándonos una calidad de vida razonada.
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Una vivienda modular construida a base de pales reciclados, una solución sostenible que cada web tiene más adeptos. Podemos acceder a ver diferentes proyectos basados en viviendas mini con construcción de pales de madera desde o un concepto de cubo – tubo de hormigón, con muebles de IKEA o las ya comentadas viviendas con contenedores marítimos como las «Minimod house» con un diseño espectacular:
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La madera como material que reivindica un mayor protagonismo en la construcción ante su estatus de viabilidad económica, noble y a la vez sostenible se adapta a las mini casas con conceptos que van más allá de un pensamiento tradicional. Podemos reconocer el concepto «Exbury Egg» literalmente un huevo que navega y a la vez, casa:
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El cambio o forma de adaptarse la arquitectura a una nueva forma de vida está siendo tan radical que los edificios están dejando de ser simples contenedores de habitáculos individuales, primando el contenedor que apuesta por la comunicación y participación comunitaria dejando de un lado menos privacidad y más zonas comunes donde prima el interactuar entre los vecinos.
El compartir tiene un trasfondo económico que se convierte en un menor gasto. Se le llama «La vivienda colectiva o Co-housing» Comunidades de uso o cooperativas de vivienda practican nuevas formas de vivienda colaborativa donde se comparten recursos, se practica la corresponsabilidad, se alimenta la sed de comunidad, se diseñan maneras de participar y se gestiona de forma autónoma y horizontal. Un portal interesante que fomenta la participación es masqueunacasa.org.
Aparecen y se renuevan nuevos conceptos como el “Earthships” casas construidas con materiales de la zona – sean reciclados o no tanto – con las propias manos de sus moradores que respetan el entorno y que adquieren gracias a las tecnologías actuales una «sostenibilidad casi perfecta».
Se reniega del entorno urbano, de la decadencia de las ciudades por poder abrir la venta y ver la naturaleza en todo su esplendor. Se respeta a la tierra y se construyen hogares para cuidar a sus habitantes.
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A los mortales ya no nos interesa tener una casa «espectacular» si el resultado es una vida encadenada, de pago continuo sin poder vivir simplemente… la vida!
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