El cemento portland ecológico
El cemento, es el ingrediente clave del hormigón, representa alrededor del 8% de las emisiones mundiales de CO2 (Ver impacto del hormigón en el medio ambiente). Si sumamos que seguimos construyendo como locos y en muchos lugares, con descontrol ¡tenemos un gran problema!
Necesitamos alternativas a los materiales tradicionales de construcción que respondan con sus mismas características técnicas, pero con cero emisiones de carbono o un menor impacto ambiental ¡Nos jugamos el futuro!
Desde Estados Unidos encontramos un cemento portland fabricado con microalgas que transformará la arquitectura tal y como la conocemos.
La empresa innovadora Prometheus Materials, ha creado un cemento sostenible fabricado por medios biológicos en lugar de químicos. Un nuevo agente aglutinante duradero y fuerte para los áridos. Una alternativa con casi cero emisiones de carbono frente al cemento portland tradicional.
Este Biocemento reduce el impacto del carbono incorporado al material en un 90%. Representa un material similar al que utilizan los corales para construir arrecifes o las ostras para generar conchas.
El nuevo aglutinante de Biocemento reduce el impacto del carbono incorporado al material en un 90%
Utilizan una variedad de algas llamadas verdeazules o microalgas (variedad cianobacterias biomineralizadoras) que gracias a un proceso de biocementación fotosintética obtienen el nuevo cemento ecológico bautizado como Biocemento. Estos microorganismos no son tóxicos y pueden cultivarse utilizando únicamente la luz solar, el agua de mar y el CO2.
Según Loren Burnett, presidente de Prometheus… «Para evitar un cambio climático catastrófico, no podemos limitarnos a sustituir los combustibles fósiles por formas de energía renovable: también debemos descarbonizar la forma en que creamos los materiales de construcción».
¿Es tan resistente como el hormigón? Según la empresa en su web, tiene una resistencia a compresión de aproximadamente 2000 psi, similar al hormigón celular, cumpliendo con numerosas normas para aplicaciones estructurales y no estructurales.
Sin embargo, y como se comentan desde la propia empresa… «Si hablamos como material propiamente estructural, especialmente a lo largo del tiempo y en diferentes condiciones climáticas. Se necesitan cientos de ensayos en múltiples condiciones diferentes para testar correctamente un material constructivo».
La buena noticia es que Prometheus ha cerrado una ronda de financiación con 8 millones de dólares. El acuerdo, le permitirá empezar a comercializar bloques de biocemento para mampostería en su planta de Longmont, Colorado (EE.UU).
En los próximos dos años, la empresa pretende comercializar otros productos de construcción con casi cero carbono neto. Elementos prefabricados de biocompuestos; una alternativa a las tradicionales tejas prefabricadas a base de cemento portland, paneles para pared y pavimentos de hormigón impreso, barreras acústicas y otros tantos elementos.
A la vez, se empezará a profundizar más en su desempeño estructural para conseguir una aprobación oficial por parte de la administración estadounidense y empezar a utilizar el biocemento estructural.
¿Y si los edificios absorbieran el carbono como los árboles? Este futuro puede no estar tan lejos. Los nuevos avances técnicos en materiales están demostrando un cambio significativo.
Para entender por dónde se está investigando, me gustaría esclarecer los dos mecanismos principales sobre cómo podemos producir materiales más respetuosos con el medio ambiente:
- Primero, utiliza la naturaleza para almacenar y secuestrar el CO2 en forma material. Cada planta, árbol, semilla o incluso alga, a medida que crece y se replica, absorbe CO2 de la atmósfera y lo almacena en los azúcares, proteínas y carbohidratos. Esa es la materialidad física producida al extraer CO2 de la atmósfera.
- El segundo mecanismo, la mineralización de carbonatos, un proceso muy similar a cómo se forman las conchas marinas. Tomas CO2 y lo haces reaccionar con un metal, y puede formar un mineral. En la naturaleza, ese mineral es predominantemente carbonato de calcio o piedra caliza.
Los productos que están desarrollándose – incluido el hormigón a base de algas – son el tipo de soluciones que buscan muchos arquitectos que creen en una nueva forma de construir, de crear edificios con cero emisiones de carbono y carbono negativo.
Y si añadimos las investigaciones sobre cómo se pueden reforzar las mezclas de hormigón y hacerlas más respetuosas con el medio ambiente añadiendo «nano plaquetas» extraídas de las fibras de las hortalizas con raíz. Parece que vamos en buen camino.
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