La casa de la música Ragnarock y su arquitectura musical
Como tantas otras disciplinas, es inevitable el relacionar la arquitectura y música. Palabras como; espacios, interiorismo, edificios, se entrelazan con las guitarras, vestuarios hipnóticos y voces apocalípticas para crearnos vivencias únicas. Una combinación extraña de arquitectura musical y espectáculo puro se mueve desde Dinamarca, y más, cuando nombramos la palabra Ragnarock.
Desde las afueras de Copenhague, en Roskilde, y con toda la fuerza de la cultura del pop y el rock, encontramos el nuevo mueso destinado a la casa de la música Ragnarock, amparado por el estudio de arquitectos COBE especializados en edificios públicos y planificación urbana a gran escala. (Podemos ver otro ejemplo del mismo estudio desde el artículo arquitectura para niños)
La casa de la música representa dureza visual, formas geométricas con su voladizo de 20 metros, color oro y rojizo, y algún símil a aquellos cinturones que ya no vemos tanto y que algunos recordamos. Forma parte de un nuevo paisaje urbano para transformar y revitalizar un distrito a las afueras de la ciudad, donde la decadencia del lugar se combinada con la música Rock y Pop que suena en algunas de sus naves industriales, la cultura juvenil y el festival de música Roskilde, que desde 1971 sigue dando marcha.
El interior de la casa de música se refleja la contundencia de las diferentes tonalidades de color rojo y negro en sus espacios geométricos. Tres plantas dividen el edificio del museo de música; Planta baja donde se aloja la recepción, biblioteca y cafetería, primera para oficinas y administración, y la última sala de exposiciones y conciertos.
Tanto la arquitectura exterior del edificio como el interior del museo no deja indiferente a nadie, como el museo que ya comentamos en el artículo… París y su museo de arquitectura.
Un placer de edificio, tanto para el oído como para la vista.
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