Mejorar la ciudad. La Ley fundamental de la congestión vial
Aparentemente el título del presente artículo puede parecer totalmente contradictorio con el pensamiento racional que podamos tener todos los urbanitas… ¡Quitar carreteras! Significa el caos absoluto, la decadencia del urbanismo.
Aunque no todas las ciudades son iguales ni sus habitantes tienen la misma forma de transitar o entender el entorno urbano si que existen una serie de puntos clave que posiblemente cambien nuestra forma pensar o, por lo menos, de recapacitar y tener otro punto de vista.
Hay un artículo más que interesante (Desde AQUI) que habla de cinco ciudades – Nueva York, Milwaukee, Seúl, Portland y San Francisco – en las que en un momento determinante se decidió la demolición de una de sus vías principales de entrada a la zona centro de la ciudad por diferentes cuestiones.
Tras la eliminación del vial, no se decidió reemplazarlo por otra carretera, se optó más por satisfacer las necesidades de los ciudadanos con un gran un gran bulevar, parques, zonas ajardinadas, etc.
Aparentemente la eliminación de vías principales puede parecer que causaría un caos total… ¿Y por dónde circulan ahora todos los coches?
El resultado de esta nueva experiencia ante los conductores es que la demanda de tránsito se redistribuyo por si misma por las siguientes vías:
- Cayó de forma drástica el volumen de coches en viales.
- Un número elevado de conductores optaron por utilizar el transporte público.
- Otro número de conductores utilizaron otras vías de acceso.
- Algunos conductores optaron por varias el momento en que viajan.
Otra consecuencia que sucedió es que los valores de las propiedades cercanas a las nuevas áreas recreativas aumentaron de valor.
En realidad lo que ha pasado se llama Demanda Inducida (Podríamos definir el termino como la acción de organizar, incentivar y orientar a la población hacia la utilización de un servicio). Lo que significa que a medida que aumenta el suministro de un bien valioso (como carreteras), ese bien ante la población será utilizado por más coches, y viceversa si aplicamos lo contrario (Desde Induced demand podemos conocer más).
En otras palabras: Más carreteras en las ciudades = más coches en la carretera
.
«El cambio climático y el encierro diario de la gente en sus coches provoca más frustración que nunca. En las ciudades, la gente de todo el mundo toma la bicicleta como herramienta para el cambio. Pero aún así: Las ventas de automóviles están en auge. 1 billón de coches hoy. 2 billones en 2020»
La Ley Fundamental de la congestión vial
En 2009, dos economistas de la Universidad de Toronto y la Universidad de Pennsylvania publicaron un estudio llamado la Ley Fundamental de la congestión vial (The Fundamental Law of Road Congestion) del cual podemos identificar puntos de interés:
Si se aumenta el número de carreteras en las ciudades o en sus bulevares:
- Se aumenta el número de vehículos que transita en la ciudad.
- Se aumenta el número de kilometros en media que los vehículos realizan.
- Se aumenta la entrada de nuevos residentes en las ciudades.
Llegamos a la conclusión de que un aumento de la provisión de carreteras en una ciudad es poco probable que incida en aliviar la congestión de una ciudad aunque no paren incesantemente de decirnos que tenemos que tener nuevos viales, carreteras y autopistas para mejorar la calidad de los habitantes de una ciudad.
Otro tema muy interesante es que cuando se reduce la capacidad vial, los conductores comienzan a «desaparecer». La gente elige vivir más cerca de donde trabaja. Se elige e utiliza más el transporte público. La gente va a la oficina en diferentes momentos y la gente hace todo tipo de diferentes decisiones en respuesta a este cambio de ruta, tal como lo hacen cuando hay nuevas vías que utilizar.
Obviamente no podemos dedicarnos a eliminar las carreteras de las ciudades, pero si tener una visión diferente de lo que sucede cuando ampliamos los viales o los quitamos, y ser conscientes que la solución a la congestión de muchas ciudades no es construir carreteras.
Enlaces de interés:
- El desarrollo sustentable
- Manuales de diseño urbano
- Manuales arquitectura biosustentable
- Guía de diseño bioclimático y sostenible en entornos urbanos
- Cómo ahorrar dinero en las ciudades
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- Qué es una ciudad DOT
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Estoy totalmente de acuerdo con lo de que disminuir el número de carreteras disminuye también la contaminación. En mi ciudad hicieron peatonal la calle más central, donde más comercios hay. Esto trajo como consecuencia lo que bien comentais aqui, que el nivel de contaminación se redujo, pero al convertir en peatonal esa calle también se redujo el número de plazas de aparcamiento, lo que produjo que menos clientes hiciesen sus compras en esa zona. Por ello yo veo bien disminuir el número de carreteras pero hay que saber bien cuáles quitar. Un saludo.
Gracias José por la aportación. De interés lo comentado!… Supongo que se deben de realizar buenos estudios antes de reemplazar un víal por otra propuesta, y además, determinar las consecuencias de una forma muy clara, aunque la situación que comentas ya la he visto en otras ciudades, ese aspecto no lo entiendo por parte de los urbanístas! Un saludo y felices fiestas, Pau
Muy interesante el artículo. Una peatonalización bien hecha siempre generará beneficios, pero hay que hacerla bien en mi opinión. De mi experiencia, las condiciones mínimas para que esta dinamización se produzca son:
– Una correcta planificación de la actuación. No suele funcionar la improvisación. Debe formar parte de un plan y es necesario estudiar la actuación en un área, no en una calle. La visión debe ser integral: objetivos, diseño cuidado, efectos esperados evaluados, problemas y mitigaciones…..
– Una oferta de aparcamientos públicos en los alrededores del ámbito de actuación que permita absorber la demanda. Por ejemplo, hay que dar solucion a los residentes, si no, abandonan el barrio y no siempre es bueno, pueden convertirse entonces en zonas marginales nocturnas.
– Una adecuada oferta de transportes públicos que comunique este ámbito con el resto de la ciudad. Es decir, si no se puede llegar en coche y no hay buen transporte público, la accesibilidad será mala y la zona se aislará. Hay que preguntarse, ¿es eso lo que queremos? Despues de esta pregunta hay que diseñar bien y despues actuar, es decir, hacer la obra, implantar las medidas.
– Diseño que refuerce las potencialidades de accesibilidad de los peatones y bicicletas si es el caso. Ligado a lo anterior, no vale con peatonalizar una calle, a ella se debe llegar en rutas peatonales adecuadas, con aceras de anchura suficiente, ambiente agradable e iluminación.
– No olvidar a las personas de movilidad reducida, PMRs, que no solo son los que tienen discapacidades, si no también los de la tercera edad, cada vez más numerosos en una Europa que envejece a pesar de la inmigración de los últimos años. Estamos hablando entre unos y otros un tercio de la población europea que tiene movilidad reducida o limitada.
Feliz 2015 y próspero 2016
Julian, gran aporte de información!… Gracias, Pau