Una necesidad real del planeta. ¿Una necesidad real de las personas?
La crisis climática es un hecho: o cambiamos nuestra manera de producir, consumir y desechar YA, o estamos abocados a un futuro muy negro con respecto a la biodiversidad, la meteorología y la salud del planeta en general.
Y sin embargo, ¿cuántas veces desobedeciste a tus padres que te decían “hijo, por ahí no… que te la vas a pegar…”. Los humanos somos seres maravillosos en algunos aspectos, pero en otros podemos llegar a ser bastante testarudos. Y cuando hablamos de masas de humanos, las virtudes y los defectos sólo se intensifican.
Está claro que los edificios que proyectamos deberían ser más sostenibles. Que los edificios que ya existen deberían reducir su consumo. Que directamente deberíamos construir menos metros cuadrados. Que la reducción, el reciclaje y la reutilización deberían ser parte esencial de los procesos de creación. Que… un sin fin de medidas más.
Pero después de encontrar que la mayoría de arquitectos que intentan abrirse camino en el campo de la sustentabilidad acaban hablando solos con su presupuesto en la mano, me hago la siguiente pregunta:
¿Realmente el mercado (que son personas de carne y hueso) tienen estas necesidades?
¿Realmente el mercado (que son personas de carne y hueso) tienen estas necesidades? ¿Los promotores, las constructoras, las empresas, los usuarios de a pie… doña Carmen de 56 años que vive en un tercero y hace las mejores croquetas del edificio?
Quisiera pensar que sí, pero la realidad es otra.
Arquitectos dándose de cabezazos con la sostenibilidad
Si hay algo de lo que sé, es que la nueva generación de arquitectos a la que pertenezco no lo hemos pasado nada bien a nivel profesional.
Y cuando el horizonte de la sostenibilidad, un océano vasto y extenso apenas explorado por la competencia se abrió ante nuestros ojos, muchos vimos por fin la oportunidad que esperábamos de aportar servicios valiosos con los que contribuir en la mejora del mundo… y cobrar por ello decentemente.
Pero no ha sido tan prometedor como parecía. Cada semana me encuentro con varios compañeros que ofrecen servicios de este tipo y malviven porque apenas pueden cerrar clientes que quieran pagar sostenibilidad.
Cada semana varios compañeros ofrecen servicios de este tipo y malviven porque apenas pueden cerrar clientes que quieran pagar sostenibilidad
Intentamos convencer a la gente para que instalen este o ese producto enseñándoles cuánto se ahorrarían en la factura de la luz, nos quedamos sin dormir la noche anterior para presentar a la promotora el ROI de la propuesta “más eficiente”, nos peleamos con las comunidades de vecinos para sacar adelante el proyecto de placas solares, amenazamos a los constructores para que sigan el proyecto de gestión de residuos a rajatabla, lloramos a las comunidades autónomas para que aprueben subvenciones para proyectos de eficiencia energética… parece que esto de la sostenibilidad no entra fácil.
Primero hay que entender por qué: 2 razones
Como muchos ya sabéis, ni alimento ni celebro ni practico la queja. En lugar de eso, yo y los arquitectos con los que trabajo estamos transformando el paradigma de nuestra profesión, precisamente para cambiar lo que no nos gusta y hacer de esto una realidad profesional más sostenible, también en el campo de la sostenibilidad.
Y quiero aportar lo que para mí son las dos razones principales de la dificultad tan grande que ahora mismo encuentra la sostenibilidad para abrirse paso en el mercado.
Porque sólo comprendiendo el por qué, podemos cambiar.
1.- Mentalidad generacional
El otro día me compré un café para llevar; me pusieron vaso doble por el calor, tapa, servilleta, azúcar, palito para remover y hasta una pajita. Lo único que no tiré fue el café que me bebí. Y fíjate, iba por la calle y empecé a sentir un poco de… vamos a llamarlo vergüenza.
Sí, yo pertenezco a la generación millennial y nuestro grado de conciencia sobre la crisis climática es superior al de la generación de mi madre (por ejemplo, que va con su café de plástico tan tranquila por la calle) y por supuesto al de la generación de mi abuela (que por cierto su hábito de consumo es mucho más sostenible que el de la generación de mi madre o la mía).
Pero lo cierto es que ninguna de estas tres generaciones tenemos un nivel de conciencia lo suficientemente alto sobre este problema climático como para pagar XXXX€ en un rollo sostenible o algún proyecto ecológico. ¿Por qué? Sencillamente no sentimos la misma urgencia que Greta Thunberg porque nacimos en un mundo con otros valores muy diferentes.
Es decir, las personas que hoy en día representan el mercado son fundamentalmente mi generación, la de mi madre y si acaso la de mi abuela. Greta ha llegado, pero su generación tardará unos años más hasta lograr el poder adquisitivo necesario para decidir qué comprar.
Cuando llegue ese momento, que estimo será en unos 5-10 años, sí viviremos la verdadera revolución de la sostenibilidad: una gran mayoría de personas que pagan mucho más por medidas sustentables.
Pero de momento vivimos otra historia.
Por supuesto, para hablar de generaciones es necesario generalizar. Las excepciones y los casos singulares, si bien son loables, no representan la mayoría y por tanto ninguna tendencia de mercado.
2.- La sostenibilidad no se ve
La segunda razón principal por la que la sostenibilidad es un campo difícil en este momento es demoledoramente elemental: no se ve.
El buen funcionamiento de las instalaciones en una vivienda es esencial para la calidad de vida dentro de ella; sin embargo no deja de sorprenderme la cantidad de clientes que escatiman en cableado, tuberías, aparatos o tecnología durante una reforma, por ejemplo. Podemos pagar una millonada por un cerámico para el baño y después coger el termo más barato de Leroy Merlin; lo más probable es que estemos dispuestos a sacrificar ese termo A+++ por unas zapatillas para Navidad.
Y es que uno de los motores principales del mercado es la adquisición de status. Todo lo que tú compras, todo lo que yo compro, lo hacemos porque de una forma u otra nos da status – el status al que cada uno aspira.
Las generaciones que componen el actual tejido de mercado nacimos y crecimos con unos valores y con una idea de status determinada. Por supuesto la generación de mi madre no se siente mejor consigo misma por tener un termo de hiper bajo consumo, y mucho menos si no se ve y nadie más lo sabe.
Quizá un porcentaje de mi generación empezamos a encontrar status y afinidad con nuestros valores en este tipo de cosas… y de seguro te puedo decir que para las generaciones próximas esto será ética y moralmente un must. Y sobre todo, si se ve: en la app que tienes en tu móvil, en la marca de luminarias que usas, en la cantidad de basura que tiras por las noches…
Pero de momento no se ve, o no se enseña – que no es lo mismo.
Salidas y soluciones ante el panorama actual de mercado
De mi investigación y del trabajo realizado con varias decenas de arquitectos para ayudarles a lograr y consolidar su independencia profesional en múltiples ramas, incluida la sostenibilidad, me gustaría aportarte algunas salidas/soluciones para que puedas empezar a hacer de este campo una realidad más sostenible también para tu profesión como arquitecto:
1.- Paciencia, aceptación y observación
Quizá es pronto para la revolución verde que esperabas. Una cosa es lo que dicen los periódicos y las cumbres climáticas, y otra muy diferente es el pulso real de la gente de la calle. Ten un poco de paciencia y trata de comprender esto que te estoy explicando: los movimientos del mercado.
2.- Las necesidades que hoy SÍ existen en el mercado
No trates de convencer a nadie; en lugar de eso, trata de leer sus necesidades reales. A lo mejor las personas no quieren ese termo de hiper bajo consumo escondido en un oscuro armario, pero sí quieren una lámpara súper cool hecha de neumáticos reciclados colgando de su salón.
A lo mejor las personas no quieren estar lidiando con la comunidad de vecinos entera, pero sí quieren tener la vivienda con la factura de luz más barata de todo el edificio.
No impongas tu sostenibilidad; mejor ponte en su piel y baila con ellos.
3.- Otros nichos más preparados para el cambio
También podemos cambiar nuestro punto de mira y apuntar a otros nichos que ahora estén más preparados para el cambio. Una buena pregunta para localizar estos posibles nicho sería: ¿quién tiene ventajas palpables y extremadamente atractivas hoy en día por ser sostenible?
Por ejemplo, estoy segura de que habrás visto las últimas campañas de Chanel o Patagonia. Estas y otras muchas marcas de ropa y cosméticos deberán ponerse las pilas con la sostenibilidad si quieren empezar a calar en la conciencia de las generaciones venideras que sí encuentran status en ello. Y estas marcas tienen tiendas, espacios, instalaciones, materiales, logística, residuos, producción… quizá algún arquitecto se atreva a proponer algo.
Otros ejemplos en los que he trabajado con varios arquitectos pueden ser la industria alimentaria, la movilidad urbana o el mundo rural. Y es que la sostenibilidad tiene muchos campos de batalla.
4.- Y sobre todo, maña más que fuerza
Los arquitectos tenemos la capacidad de transformar el mundo, cada uno en su pequeña parcela contribuye a este cambio. Pero si vamos por ahí imponiendo lo que debe hacerse y vendiendo cosas que la gente no quiere, será imposible transformar nada. Necesitamos de las personas.
Tu responsabilidad con la sostenibilidad está en aprender a leer el mercado actual. Si no aprendes a ver donde están las necesidades reales de hoy en este campo, la sostenibilidad lo tendrá aún más difícil para abrirse paso. Necesitamos acallar nuestro modus operandi, escuchar dónde puedes encajar, ver para hacernos ver.
Hay que aprender a leer el mercado actual
No dejes pasar la oportunidad
En definitiva la sostenibilidad es una necesidad del planeta y será una necesidad para las personas dentro de poco. Como arquitectos tenemos el deber y la capacidad de impulsar esta tendencia en el mercado para mejorar las cosas, pero no a costa de nuestra salud profesional.
¿Por qué? Porque no es sostenible. Aquellos arquitectos que no pueden vivir de la sostenibilidad están dejando escapar una fantástica oportunidad para ayudar a las personas de verdad, es decir, desde donde esas personas se encuentran.
Si te está resultando difícil encontrar clientes reales que te paguen por tu labor en el campo de la sostenibilidad, es hora de reenfocar tu estrategia. Y si además estás comprometido con tu carrera profesional y quieres hacer que sea más sostenible, entonces puedo ayudarte.
Si quieres conocer nuevos retos y oportunidades, puedes encontrarme en mi web desde AQUÍ. ¡Cuéntame tu historia, que el futuro no espera!
Agradecerte tus comentarios. Como ingeniero industrial ( técnico ) me han valido mucho, ya que la problematica que tratas no solo afecta a los arquitectos, sino a todos los técnicos. Me ha hecho reflexionar mucho y buscar nichos de mercados . Gracias de nuevo. Dices verdades como templos.
Gracias por tus comentarios Cayetano, me alegro mucho de que este post te haya ayudado a abrir tu horizonte profesional! Como dices sin duda son problemáticas que comparten diferentes perfiles, no sólo arquitectos. Muchas gracias por tu aporte!