Las ciudades. Cómo ahorrar millones, frenar el cambio climático y mejorar la salud pública.
No se puede abordar la temática del cambio climático global sin abordar el reto del urbanismo. Las ciudades contribuyen alrededor del 70% de las emisiones de efecto invernadero relacionadas con la energía, a pesar de en realidad solo constituir el 2% de la superficie terrestre del planeta.
La reducción de ese impacto ambiental puede considerarse un reto prácticamente desalentador, pero un nuevo informe Better Growth, Better Climate (Un mejor crecimiento, un mejor clima) elaborado por Global Commission on the Economy and Climate (Comisión Global sobre la Economía y Clima) aborda la problemática de las ciudades y su urbanismo con el objetivo de reducir las emisiones a largo plazo, busca las directrices para un crecimiento económico sostenible y duradero a la par que se hace frente a los riesgos del cambio climático con una consecuencia importante, mejora de la salud pública.
Los próximos 15 años serán críticos a medida que la economía global atraviesa una profunda transformación estructural. No será un “negocio” conforme a los métodos usuales. La economía global crecerá por más de la mitad, mil millones de personas se mudarán a las ciudades y los rápidos avances tecnológicos continuarán cambiando negocios y vidas.
Se estima que se invertirán cerca de 90 billones de dólares en infraestructura en urbes, terrenos y sistemas de energía. La manera en que se administren estos cambios determinará los patrones futuros de crecimiento, productividad y estándar de vida, pero… ¿Cómo las ciudades pueden ahorrar millones?
“EL informe revela que las ciudades más grandes del mundo, en conjunto, podrían ahorrar alrededor de 3 Billones de Dolares en infraestructuras con un planteamiento coherente en los próximos 15 años”
El futuro crecimiento económico no tiene por qué copiar el modelo de alto consumo de carbono y distribución desigual del pasado. La trasformación, el cambio estructural y tecnológico se sustentan en tres sistemas clave de economía:
Las ciudades:
Son motores de crecimiento económico. En ellas se genera alrededor del 80% de la producción económica global, y cerca del 70% del uso de energía global y las emisiones relacionadas a los gases de efecto invernadero. La manera en la que las ciudades más grandes y de mayor crecimiento se desarrollen será crítica para el futuro de la economía global y el clima. Sin embargo, gran parte del crecimiento urbano actual no es planificado ni tiene estructura, lo que se traduce en elevados costos económicos, sociales y medioambientales.
Atlanta y Barcelona, parecida población pero diferentes niveles de emisiones de carbono:
Uso de los terrenos:
Su productividad determinará si el mundo podrá alimentar una población que se proyecta crecerá hasta superar más de los ocho mil millones para 2030, al tiempo que se preserva el medio ambiente natural. Se puede aumentar la producción de alimentos, proteger los bosques y mitigar las emisiones derivadas de usos agrícolas, aumentando el rendimiento de los cultivos y la productividad ganadera, utilizando nuevas tecnologías y enfoques integrales en la administración del suelo y del agua. Si se restaurase tan solo el 12% de las tierras erosionadas, se podrían alimentar 200 millones de personas para 2030.
La distribución mundial de la inseguridad alimentaria en 2012:
Crecimiento de sistemas de energía:
En todas las economías. Nos encontramos en la cúspide de la energía renovable del futuro (Más datos desde Reflexiones sobre la energía: Hacia un nuevo sistema). El carbón es más riesgoso y más costoso que antes, con dependencia creciente en importaciones y un aumento en la contaminación del aire. El vertiginoso abaratamiento de costos, en particular de la energía eólica y solar, podrían llevar recursos renovables y otras energías de bajo consumo de carbono a más de la mitad de todas las nuevas generaciones de electricidad en los próximos 15 años.
Costos indicativos de la electricidad solar fotovoltaica en el tiempo y el costo estimado de utilidad, en comparación con un nivel de referencia mundial para el carbón y el gas natural:
A la par de estos sistemas, se deben aprovechar tres “conductores de cambio” para superar las barreras institucionales, de mercado y de políticas, hacia el crecimiento de bajo consumo de carbono:
- Mejorar la eficacia de los recursos es el núcleo tanto del crecimiento como de la reducción de emisiones. (Dato: Los subsidios la energía limpia oscilan en los 100 mil millones de dólares, mientras que los subsidios para combustibles fósiles contaminantes se estiman en estos momentos entorno a los 600 mil millones de dólares al año.)
- La inversión en infraestructura respalda el crecimiento económico moderno.
- Estimular la innovación en tecnologías, modelos de negocio y prácticas sociales puede conducir al crecimiento y a la reducción de emisiones.
El informe propone un Plan de Acción Global de 10 recomendaciones clave, en las que se les solicita lo siguiente a los actores políticos:
- 1. Acelerar la transformación hacia el bajo consumo de carbono mediante la integración del clima en los procesos de la toma de decisiones en el núcleo económico. Esto se necesita en todos los niveles de gobierno y negocios, a través de cambios sistemáticos hacia políticas e instrumentos de evaluación de proyectos, indicadores de actuación, modelos de riesgo e informe de necesidades.
- 2. Incluirse en un acuerdo internacional del clima, que sea firme, duradero y equitativo. Con el fin de aumentar la confianza que tanto se necesita para una reforma de normas nacional, brinda el apoyo necesario a países en vías de desarrollo y envía una señal de mercado sólido a los inversionistas.
- 3. Retirar paulatinamente los subsidios a los combustibles fósiles e insumos agrícolas, y los incentivos para la expansión urbana, con el fin de conducir al uso más eficiente de recursos y liberar fondos públicos para otros usos, incluyendo programas para favorecer a aquellos con ingresos más bajos.
- 4. Introducir precios firmes y predecibles para el carbono, como parte de una reforma fiscal satisfactoria y adecuadas prácticas económicas, de manera de enviar una poderosa señal a la economía.
- 5. Reducir de manera sustancial los costos de capital para la inversión en infraestructuras de bajo consumo de carbono, aumentando el acceso al capital institucional y disminuyendo sus costos para los activos de bajo consumo de carbono.
- 6. Incrementar la innovación en las tecnologías clave de bajo consumo de carbono y que respalden la capacidad de recuperación del clima, triplicando la inversión pública en investigación y desarrollo de energías renovables y retirar las barreras al emprendimiento y la creatividad.
- 7. Hacer que las ciudades estén más conectadas y compactas se conviertan en el paradigma preferido de desarrollo urbano, mediante el uso de programas que motiven a las ciudades más densas y den prioridad a las inversiones en sistemas de tránsito urbano seguro y eficiente.
- 8. Detener la deforestación de bosques naturales para 2030, mediante el fortalecimiento de incentivos para inversiones a largo plazo y protección de los bosques, así como también aumentar los fondos internacionales a cinco mil millones de dólares por año, progresivamente relacionado al rendimiento.
- 9. Restaurar al menos 500 millones de hectáreas de bosques y tierras agrícolas degradados antes de 2030 mediante el fortalecimiento de los ingresos en el ámbito rural y la seguridad alimentaria.
- 10. Acelerar el abandono de la generación de energía contaminante a partir de carbón, mediante la eliminación inmediata de nuevas plantas de carbón en las economías desarrolladas y en las de países de ingreso medio para 2025.
La implementación de las políticas y las inversiones que se proponen en este informe, podrían conducir a la reducción de, al menos, la mitad de la reducción de emisiones necesarias para 2030 para lograr disminuir los riesgos del peligroso cambio climático.
Acceso al informe Better Growth, Better Climate (Nota: A dejado de funcionar el link)