El sorprendente mundo funerario de Tokio. El cementerio LED
El mundo funerario de Tokio también se adapta a los nuevos tiempos tecnológicos con su visión particular del cementerio futurista, arquitectura y la tecnología led. La imagen de portada no es el interior de una nave espacial, ni la última sede de la compañía de Google, es simplemente una forma diferente de concebir un osario moderno y un nuevo concepto dentro del sector funerario.
Ahora, en el cementerio de Ruriden (Tokio) durante la visita a un ser querido que falleció – en la sección del osario – podrás deslizar en la entrada una tarjeta inteligente para que la estatua de Buda se ilumine con tecnología led y puedas localizar fácilmente la bóveda donde se encuentra el fallecido incinerado.
El país nipón siempre se ha caracterizado por 3 factores principales; la muy alta densidad de población (Tiene más de trescientos treinta habitantes por kilómetro cuadrado como media nacional), la sofisticación tecnológica, y el apego a sus tradiciones y costumbres ancestrales. Este cementerio que visto desde el occidente puede parecer extraño, en realidad es la combinación de los tres matices fundamentales en su cultura, cuya veneración y aceptación de la muerte se encuentra encerrada tras los muros de este cementerio budista y tecnológico.
En realidad, también existen otros factores que están empujando a este tipo de negocio. Tradicionalmente, cada familia en Japón era propietaria de una parcela de terreno con su tumba de piedra en un cementerio físico, problema, costes de conservación, mantenimiento y con las altas tasas de población se está convirtiendo en un «lujo» el poder optar a una parcela. Así que los cementerios como el de Ruriden están interviniendo para ofrecer una alternativa por medio de la incineración, que abarata costes, y la construcción de edificios destinados a osarios.
El cementerio budista de Tokyo fue construido en un par de años y las cenizas son guardadas a lo largo de treinta y tres años. En la actualidad seiscientos altares están en empleo y otros trescientos ya están reservados para futuros fallecimientos.
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