Bioluminiscencia
La bioluminiscencia es la producción y emisión de luz por parte de ciertos organismos vivos que hay en la naturaleza. Más del 80% son marinos, pero también tenemos las conocidas luciérnagas, los gusanos luminosos o incluso hongos.
Hace años que se estudia cómo los organismos vivos producen luz para intentar copiarlo. Te imaginas… ¿Ciudades y pueblos iluminados por pequeños organismos vivos?
Hay varias empresas y científicos pionero en la bioluminiscencia marina, pero, pocos avances se han traslado al mundo real. Ahora, la pionera empresa francesa Glowee está revolucionando el sector lumínico con aportaciones como la siguiente imagen…
Es una sala de espera destinada al descanso tras vacunarse del Covid-19 en la ciudad Rambouillet, en Francia ¡Está iluminada con tubos bioluminiscentes! Y ya llevan un año así.
La startup francesa Glowee ha desarrollado una materia prima líquida a partir de microorganismos bioluminiscentes que pueden cultivarse fácilmente en el laboratorio. Se cultivan en acuarios de agua salada antes de envasarse en tubos que serán las lámparas.
La empresa Glowee quiere que las ciudades de Francia se iluminen con técnicas innovadoras de bioluminiscencia
Glowee firmó un acuerdo con el ayuntamiento de Rambouillet para tener a finales de este año el mobiliario urbano con señalización bioluminiscente.
El responsable de urbanismo de Rambouillet, cree que si el experimento es un éxito podría provocar una transformación en todo el país… «Se trata de la ciudad del mañana. Si el prototipo funciona, se podrá desplegar a gran escala y sustituir los sistemas de iluminación actuales».
La empresa especializada en biotecnología ha mejorado (sin modificación genética) estas bacterias no patógenas y no tóxicas para hacerlas más eficientes en términos de producción de luz (intensidad, estabilidad, eficiencia) con resultados muy prometedores.
El proceso de fabricación consume menos agua que la fabricación tradicional de lámparas LED y libera menos CO2. El líquido también es biodegradable, y, en teoría, infinitamente renovable.
Las luces consumen menos electricidad que un LED, aunque las bombillas Glowee producen menos lúmenes de luz que la mayoría de las bombillas LED modernas.
Por supuesto, no todo es tan fácil y como reseñan algunos expertos. Aún hay algunos inconvenientes importantes por mejorar en este sector:
- En primer lugar, hay que alimentar a las bacterias y diluirlas a medida que crecen. Sólo duran días o semanas antes de necesitar más nutrientes.
- La intensidad lumínica para espacios públicos. Las bacterias pueden producir una potencia lumínica de 15 lúmenes por metro cuadrado, según Glowee, una cifra inferior, que debería ser de como mínimo 25 por metro cuadrado, para un alumbrado público eficiente en parques y jardines.
- La temperatura exterior también es un factor importante y, las bajas temperaturas en invierno son un problema.
Aún quedan retos, pero, los beneficios, tanto ecológicos como económicos, podrían hacer que las futuras ciudades estuvieran bañadas en luz azul bacteriana.
En este campo se están realizando avances importantes. Nyoka Design Labs, con sede en Vancouver, está desarrollando una alternativa biodegradable a las barritas luminosas utilizando enzimas no vivas y sin células, que, según sus creadores, son mucho más fáciles de mantener que las bacterias vivas.
O un grupo de diseñadores de Atenas, dirigidos por Olympia Ardavani, de la Universidad Helénica Abierta, se planteó la posibilidad de utilizar un gran número de plantas bioluminiscentes para iluminar y limitar los bordes de las carreteras.
Calcularon que si se pudieran producir una planta que emitiera unos 57 lúmenes de luz, se necesitarían 40 plantas por cada 30 metros para cumplir con la clase más baja de alumbrado público para carreteras peatonales en la UE. Sería un ahorro energético importante para Europa.
Y si quieres aprender un poco más de cómo funciona y por qué muchos seres marinos, pequeños insectos o incluso hongos utilizan la bioluminiscencia. Dejamos el siguiente documental «OCÉANOS Las Criaturas de la Luz»…
El futuro de la bioluminiscencia es prometedor, solo falta un pequeño empujón para que forme parte de nuestras vidas.
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