Qué pasa con la eficiencia energética en España
España es un país de contrastes en todos los sentidos y esto también se traslada a nuestra forma de pensar, y en este caso, quería centrarme en cómo actuamos cuando queremos comprarnos una vivienda.
Recientemente, se ha publicado un informe de cómo los españoles decidimos la compra de una vivienda (emitido Consejo General de la Arquitectura Técnica de España – CGATE) y se desgrana algunos puntos bastante interesantes, que, a la vez, desde mi punto de vista, se contradicen.
Directamente y sin preámbulos… «El principal elemento de decisión de compra es relativo al precio de inmueble, pero también al estado de conservación del edificio y la calidad de los materiales de construcción», es decir, el «money» es nuestra debilidad.
Y para que podáis comprender la cultura española del «money». Os lanzo la siguiente imagen proporcionada por Idealista donde se confirma la diferencia entre el precio al que están puestas a la venta las viviendas y las ofertas de compra enviadas por los usuarios al vendedor. En definitiva, es ¿Cuánto pagarías por ese inmueble?
Por comunidades y en media, estamos dispuestos a pagar un 20% menos. Desconozco si las ofertas que se lanzan tienen su efecto o no, pero volvemos a demostrar que el «money» es muy importante.
Obviamente, y creo que a estas alturas todos lo sabemos, los euros cuestan mucho de ganar y por tanto, rascarnos los bolsillos no nos gusta nada, pero, sin embargo, compramos un inmueble “regateando” al máximo – que yo también lo intentaría – y directamente no pensamos en los gastos mensuales que nos vendrán del mismo.
Es decir, volviendo el informe del CGATE y mirando con un poco más de sutileza podemos ver que; entre todos los elementos determinantes en la decisión de compra, el aspecto de la eficiencia energética en la vivienda que vamos a adquirir está en último lugar:
Para ponerlo claro y por si alguien tiene dudas, a prior…»a los españoles les importa un pimiento que su factura mensual sea elevada» mientras compren un piso barato y, aparentemente, el edificio esté en condiciones (que no siendo técnico en el sector de la construcción, dudo bastante que puedan comprender si un edificio está en buenas condiciones solo de observarlo un rato).
¡Upss! Algo no va bien, porque, además, cuando compramos una vivienda, a la pregunta de… ¿Estaría Ud. dispuesto a realizar una inversión en su vivienda actual para optimizar su consumo de energía (reducir el importe de la factura energética)? Casi un 70% directamente dice que NO. Es pocas palabras, y por lógica en la mayoría de los casos, tenemos dinero para la inversión inicial pero después necesitaremos «X» años para recuperarnos, donde las posibles reformas en la vivienda quedarán desplazadas a un futuro más prospero, que será más lejos que cercano ¡Por desgracia!.
Así que, como resumen, los avispados compradores que cuida mucho el «money», posiblemente estén alguna década pagando un exceso en factura eléctrica o de gas por no preocuparse de la eficiencia energética del inmueble que compraron. Sin contar, con los gastos de la comunidad de propietarios o el famoso IBI, que, en algunas ciudades de España, puede ser un buen susto.
Pero… ¿Por qué sucede esto? En este sentido y según datos, el 51% de los encuestados afirmaron conocer el documento del Certificado de Eficiencia Energética, sin embargo, y por repetirme, casi el 70% dice que no invertiría en la optimización de su consumo para reducir la factura energética.
Aquí es cuando empiezo a darme cabezazos, NO-LO-ENTIENDO. Desde un inicio; peleamos, discutimos, lanzamos la oferta con la contra re-oferta, etc, todo por el «money», y después, tanto nos relajamos cuando hemos cumplido con el objetivo o es que en verdad nadie nos ha explicado que cuando compramos una vivienda hay que mirar mucho más lejos de lo que aparentemente vemos.
En relación a la conservación del edificio casi un 57% de los entrevistados no conoce la Inspección Técnica del Edificio, que se eleva mucho más, al 65% en el deconocimiento sobre el Informe de Evaluación del Edificio, obligatorio para inmuebles con una antigüedad de más de 50 años. También, el 60% de los encuestados tampoco estarían dispuestos a realizar una inversión en su vivienda actual para mantener y mejorar las condiciones del edificio.
Y yo como técnico, estoy enfadado y decepcionado conmigo mismo porque creo que no he estado actuando correctamente, o, por lo menos, no he sabido explicar la importancia y alcance que tiene el ahorro energético en las viviendas y en la vida cotidiana de las personas. Y por supuesto, miro con mucho recelo por no decir alguna barbaridad, a todas aquellas administraciones implicadas en la temática que no han puesto los medios y esfuerzos necesarios para que la gente de la calle, el peatón, comprenda que la eficiencia energética no solo se refiere a un papel con una letra y un color en las lavadoras, por poner un ejemplo.
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Es muy importante tener en cuenta la importancia y los beneficios de la certificación de eficiencia energética dentro de cualquier ámbito.