Estaciones de carga rápida para vehículos eléctricos en autopistas de la UE
Si tienes un coche electrónico y sueles conducir por las autopistas ¡estás de enhorabuena! Desde 2025, recargar el vehículo en una estación de carga rápida será mucho más fácil.
El Consejo de la UE ha adoptado nuevas normas destinadas a facilitar enormemente los desplazamientos de los propietarios de vehículos eléctricos por Europa, al tiempo que contribuye a reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
La nueva regulación beneficiará a los propietarios de automóviles y furgonetas eléctricas de tres maneras principalmente:
- Alivia la ansiedad por la autonomía ampliando la infraestructura de carga a lo largo de las principales autopistas de Europa.
- Simplifica los pagos sin necesidad de una aplicación o suscripción.
- Asegurar que los precios y la disponibilidad se comuniquen claramente para evitar sorpresas.
Aunque la red de carga rápida en las autopistas europeas se considera bastante sólida, hay algunos países que llevan retraso en su implantación.
A partir de 2025, uno de los puntos más destacables de la nueva norma, es la instalación de estaciones de carga rápida que ofrezcan al menos 150kW de potencia cada 60km a lo largo de la Red de Transporte Transeuropea (TEN-T) de la UE.
Las directrices del nuevo reglamento dictan metas de implementación específicas que se deben alcanzar para 2025 o 2030, incluyendo:
- A partir de 2025, se deberán situar estaciones de carga rápida de 150 kW como mínimo para coches y furgonetas cada 60 km en los principales rutas de transporte de la UE, conocida como la Red de Transporte Transeuropea (RTE-T).
- Para vehículos de gran tonelaje, se instalarán estaciones de carga con una capacidad mínima de 350 kW cada 60 km a lo largo de la red principal de la RTE-T y cada 100 km en la red integral de la RTE-T desde 2025 en adelante, con una cobertura total de la red para 2030.
- Las estaciones de hidrógeno para automóviles y camiones se implementarán a partir de 2030. en todos los núcleos urbanos y cada 200 km en la red básica de la RTE-T Los puertos marítimos que reciban un mínimo de grandes barcos de pasajeros o de carga deben proporcionar electricidad en tierra para dichos barcos para 2030.
- Los aeropuertos deberán suministrar electricidad a los aviones estacionados en todas las puertas para 2025 y en todos los aparcamientos remotos para 2030.
- Los usuarios de vehículos eléctricos o de hidrógeno deben tener la capacidad de pagar fácilmente en las estaciones de carga o de hidrógeno con tarjetas de pago o dispositivos sin contacto y sin necesidad de suscripción, con total transparencia en los precios.
- Los operadores de estaciones de carga o de hidrógeno deben proporcionar a los usuarios información completa por medios electrónicos sobre la disponibilidad, tiempo de espera o el precio en las distintas estaciones.
La nueva normativa forma parte de un paquete de iniciativas denominado «Fit for 55» destinado a ayudar a la UE a alcanzar su objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, de igual manera que está impulsando al máximo la energía solar.
Según la UE, el transporte es responsable del 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE, con un 71% de eso proveniente del uso de carreteras.
Ahora que la normativa ha sido adoptada formalmente por el Consejo, tiene que pasar por algunas formalidades antes de entrar en vigor como ley en toda la UE (Ver gráficas evolución del coche eléctrico).
Después de la ratificación oficial por el Consejo, el nuevo reglamento se divulgará en el boletín oficial de la UE tras el verano y se pondrá en marcha el día veinte posterior a dicha publicación. Las reglas recién instauradas empezarán a aplicarse seis meses después de que el reglamento entre en vigor.
La Regulación de Infraestructura de Combustibles Alternativos (AFIR) se incluye en el conjunto de iniciativas Fit for 55. Lanzado por la Comisión Europea el 14 de julio de 2021, este conjunto de medidas junto con las directrices sobre energía renovable, están diseñadas para permitir que la UE disminuya sus emisiones netas de gases de efecto invernadero al menos en un 55% para 2030 en comparación con las cifras de 1990, y alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.
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