Células solares lavables
Científicos de la empresa RIKEN y de la Universidad de Tokio han desarrollado un nuevo tipo de célula solar ultrafina, recubierta por ambos lados con película alargable e impermeable, que pueden seguir suministrando electricidad a partir de la luz solar incluso después de haberla sumergido en el agua, pudiendo además comprimirlas o estirarlas sin ningún problema. El trabajo, ha sido publicado en Nature Energy.
Esta nueva tecnología sobre un dispositivo fotovoltaico ultrafino podría allanar el camino ante los requisitos de la tecnología basada en Internet de las Cosas (Dispositivos de todo tipo que están conectados directamente a Internet) donde la necesidad de crear fuentes de alimentación para una gran cantidad de nuevos dispositivos, incluso todos aquellos que se pueden llevar en el cuerpo o en la ropa.
Por ejemplo con temas de salud, los sensores que registran los latidos del corazón o la temperatura corporal y proporcionar una alerta cuando tengamos futuros problemas médicos, y al final del día, si queremos, pueden terminan en la lavadora.
Para el presente proyecto, los miembros de investigación desarrollaron células fotovoltaicas orgánicas extremadamente flexibles y delgadas, basadas en un material llamado PNTz4T, que habían desarrollado en trabajos anteriores. Depositaron el dispositivo en una arquitectura inversa, que habían desarrollado previamente, sobre una película de parileno de un grosor de 1 pulgada. El dispositivo ultrafino se colocó entonces sobre un elastómero acrílico y la parte superior del dispositivo se recubrió con un elastómero idéntico, lo que le dio un recubrimiento en ambos lados para evitar la infiltración de agua. El elastómero, al mismo tiempo que permitía la entrada de luz, evitaba que el agua y el aire penetren en las células, lo que las hacía más duraderas que los experimentos anteriores.
Según las pruebas realizadas con las nuevas células tienen una fuerte eficiencia energética de 7.9 por ciento, produciendo una corriente de 7.86 milivatios por centímetro cuadrado, ya que la densidad actual era de 13.8 miliamperios por centímetro cuadrado a 0.57 voltios, basada en una luz solar simulada de 100 milivatios por centímetro cuadrado.
Para probar su resistencia al agua, la remojaron en agua durante dos horas y descubrieron que la eficiencia disminuyó en sólo un 5,4 por ciento. Y para probar la durabilidad, lo sometieron a compresión, y descubrieron que después de comprimirlo casi a la mitad durante veinte ciclos mientras colocaban gotas de agua sobre él, todavía tenía el ochenta por ciento de la eficiencia original. (De interés también el panel solar que se enrolla y transporta)
El uso de este tipo de células solares en textiles tecnológicos podría revolucionar el concepto de «dispositivos portátiles» ayudando a encontrar nueva aplicaciones que pueden ser alimentadas y lavables de una forma sencilla mediante esta nueva tecnología.
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